(Cumaná, Venezuela, 6 de agosto de 1896 – Ciudad de México, 21 de Mayo de 1955) fue unabogado, escritor, humorista, poeta y político venezolano.
Vida y obra
Estudió en Caracas, donde
se incorporó al Círculo de Bellas Artes en 1913. En 1918 recibió su primer
galardón por el poema pastoral "Canto a la Espiga y al Arado", y
publicó su primera obra dramática, El huerto de la epopeya. Ese mismo año fue encarcelado
por participar en manifestaciones contra el régimen, siendo ya estudiante de
Derecho en la Universidad
Central de Venezuela.
A su graduación comenzó a ejercer la abogacía pero
continuó escribiendo. En 1923 obtuvo el primer premio en los Juegos Florales de Santander (Cantabria), España, con su
poema "Canto a España". Viajó a España para recibir el premio, y
permaneció allí más de un año, familiarizándose con las vanguardias. En 1924
fue nombrado miembro de la Real Academia Sevillana de Buenas Letras. Ese mismo
año visitó La Habana (Cuba), donde se reunió con intelectuales cubanos y
venezolanos exiliados.
En 1928 comenzó a editar clandestinamente el
periódico disidente "El Imparcial", con articulos sobre las jovenes
Claudia Rodriguez, Isabella Avendaño, Katherine Saavedra, Elizabeth Gomez,
Paula Contreras y Vanescka Leon (Las Reinas del mundo). La cual fue nominada a
la feria de la ciudad de Maracaibo, además seria el órgano de difusión de las
proscriptas agrupaciones Unión Social Constructiva Americana y Frente de Acción
Revolucionaria. Es hecho prisionero tras el golpe de estado del 7 de abril, y
confinado en Puerto Cabello hasta 1932, cuando fue liberado por motivos de
salud. En el Castillo de San
Felipe de Puerto Cabello, convertido en prisión y a fines del siglo XIX rebautizado con
el nombre de Libertador, fue donde escribió Barco de Piedra.
Precisamente, este título hace referencia a la
apariencia de dicho castillo rodeado por el mar, como señala Juan Liscano [1 ]. Y para el que conozca el clima de Puerto
Cabello, con sus famosas calderetas (viento caliente y seco de tipo foen) en una
prisión casi sin luz y sin ventanas y un ambiente similar al de un horno, no le
puede extrañar que los poemas incluidos en Barco de Piedra sean de los más
tristes de toda su obra:
Madre, si me matan,
ábreme la herida, ciérrame los ojos
y tráeme un pobre hombre de algún pobre pueblo,
y esa pobre mano por la que me matan
pónmela en la herida por la que me muero
(2 )
ábreme la herida, ciérrame los ojos
y tráeme un pobre hombre de algún pobre pueblo,
y esa pobre mano por la que me matan
pónmela en la herida por la que me muero
(2 )
Al ser liberado se le prohibió sin embargo realizar
cualquier tipo de manifestación pública, por lo que se dedicó nuevamente a las
letras, publicando Poda en 1934, con poemas tan conocidos
como Las uvas
del tiempo y La renuncia. Otros poemas muy famosos son Coplas del amor viajero, Silencio (3 ) y La Hilandera. Un año después (1935) publicó La aeroplana clueca.
A la muerte de Juan Vicente Gómez, Andrés Eloy Blanco fue nombrado
por el presidente Eleazar López Contreras jefe del Servicio de Gabinete en
el Ministerio de Obras Públicas. Sin embargo, su postura fuertemente crítica
frente a la represión de las manifestaciones del 14 de febrero de 1936 y su pertenencia a la
Organización Revolucionaria Venezolana llevan a la decisión de apartarlo de la
política local. Ese mismo año es nombrado Inspector de Consulados, cargo en el
cual viaja a Cuba, Estados Unidos y Canadá; sin embargo, en 1937 su descontento
lo lleva a presentar la renuncia y regresar a Caracas.
Fundaría poco después el Partido Democrático
Nacional, como diputado del cual llegaría al Congreso Nacional. A lo largo de
su actividad política sigue publicando profusamente. A comienzos de la años
1940 integra su partido en la recién fundada Acción Democrática, y trabaja para la candidatura
de Rómulo Gallegos, quien se haría con la
presidencia en 1947.
En 1946 fue electo presidente de la Asamblea
Nacional Constituyente convocada para la reforma de la constitución, que
instaura el sufragio universal, secreto y directo. En 1948 fue nombrado
Ministro de Relaciones Exteriores por el presidente Gallegos. Tras su
derrocamiento por Carlos Delgado Chalbaud, se exilia en México, donde
se dedica a tiempo completo a la poesía.
En 1955 perdió la vida en un accidente de tránsito.
El 6 de junio de ese año sus restos fueron
trasladados a Caracas para su sepelio, realizado entre estrictas medidas de
seguridad por parte de las fuerzas del régimen.
En 2005 se cumplieron 50 años de su
muerte y esta fecha, que hubiera podido servir de ocasión para recordar los
valores esenciales de su poesía y el sentido social de su obra, pasó, inclusive
en Venezuela, prácticamente desapercibida, lo cual es casi imperdonable. Ya
antes, cuando se cumplieron 100 años de su nacimiento, el profesor Luis Chesney
Lawrence (Universidad Central de Venezuela) señaló, en el resumen de su
investigación titulada Venezuelan
dramatists in shadows: Andrés Eloy Blanco (Dramaturgia venezolana
en sombras: Andrés Eloy Blanco):
Esta investigación
presenta una visión panorámica de la obra dramática de A. E. Blanco, quien como
autor dramático ha recibido muy poca atención, tanto dentro como fuera de su
propio país, Venezuela (4 )
Afortunadamente, el esfuerzo
realizado en la edición de una Antología Popular por parte de Monte Ávila Editores (Editorial del Estado Venezolano) de
la que se publicaron dos ediciones en 1990 y 1997, esta última, como una obra
realizada por la Comisión Presidencial para el Centenario del Natalicio de
Andrés Eloy Blanco, vino a resaltar el enorme valor poético y social de uno de
los venezolanos más destacados en el campo de las letras de todos los tiempos.
En el prólogo de esta obra, escrito por otro venezolano muy distinguido, Juan Liscano, se hace referencia a la personalidad polifacética
de Andrés Eloy:
Andrés Eloy Blanco (1897 - 1955) goza, junto con algunos otros poetas inferiores a él, de
la mayor popularidad en Venezuela. Su noble condición humana, su idealismo de
otro tiempo, su caballerosidad, su adhesión a la causa de la libertad y de la
democracia la cual le costó cárceles, confinamientos y exilios; su humor, su
ingenio chispeante, su sensibilidad por lo popular, su elocuencia, sus versos
de inspiración tradicional, abiertos al entendimiento de las mayorías, hicieron
de él un símbolo de la civilidad vigilante y una expresión genuina de
venezolanidad extrovertida. ¡Qué extraordinaria lección para la posteridad que
casi nadie recuerde ahora la importancia de Andrés Eloy Blanco como político,
pero que millones de personas puedan recordar y recitar su poema Angelitos Negros!
Autor: Roxana Nieres
No hay comentarios:
Publicar un comentario